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Esa es mi edad, el mundo de los treinta años, un segmento que ya no va a discoteques, pero si a conversar con amigos en pubs.
Bueno, yo nunca he ido a una discoteque ni a un pub. La semana pasada fuí a la peña folklórica de Trasandino y me encantó el ambiente que se vivía. Compartir con buenos amigos en torno a la camiseta verde de Trasandino.
Jóvenes de ayer, jóvenes de hoy. Dos series mostraron historias juveniles de distintas épocas. Una fue Degrassi high school, una serie de fines de los ochentas que mostraba las historias de los alumnos del colegio. Me gustaba ver esa serie.
Una serie actual es Lizzy Maguirre, son las historias de los jóvenes de hoy. Es bastante entretenida, sobre todo cuando la protagonista, Hillary Duff piensa en forma de dibujo animado.
No solamente la televisión, también las revistas has mostrado historias de jóvenes. Una de ellas es la revista Archie. Es notable este comics, yo tengo algunas revistas y son muy divertidas. Las historias de Archie, Torombólo, Betty, Verónica y Carlos en la ciudad de Riverdale.
Pero yo ya pasé los treinta. Mi mayor afición es escribir, ya sean columnas deportivas en la página de Trasandino, www.cdtrasandino.com, o columnas de todo tipo en mi blog.
Quiero volver a escribir poemas, los he dejado un poco de lado, pero siempre me ha gustado la poesía. En la feria del libro de Los Andes asistí por primera vez a un recital poético y me gustó.
La poesía no ha escapado del mundo de la tecnología. En Alemania, específicamente en Berlín, hace unos años surgió el movimiento de los poetas surfistas. Se conoce como Surfpoeten.
Esto lo leí en la revista Zona de contacto de El Mercurio. Consistía en que en un club en Berlín, los poetas se juntaban los días miércoles y recitaban poemas que habían escrito en la semana, mientrás un DJ ponía música cuando ellos leían.
Pienso que puede ser una buena forma para que los jóvenes se acerquen a la poesía.
Quiero volver a escribir poemas en mi blog. Quiero darle las gracias a todos quienes visitan mi blog. Siempre mi anhelo es que la gente que lo lea pase un buen momento.
34 años, le doy gracias a Dios por vivir, cada día es un capítulo nuevo de nuestras vida en las calles, plazas y paísajes de Los Andes.